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The Depth of the Soul_Глубина души

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Standing before us is a character who seems to know just a bit more than we’d prefer. There's a certain blend in his gaze — part boredom, part superiority, and a sly, knowing smirk that you can’t quite unsee. He’s frozen in a pose that defies clear interpretation: is he tuning in to some cosmic signal, or sending out a very specific message to the world around him? It’s that kind of gesture that says all at once: “I see through this,” “leave me alone,” and “I know what you’re thinking, and honestly — it’s kind of funny.” There's a half-smile playing on his face — the kind that usually comes with quiet, personal victories: when you got the last word in an argument, when you left a weird group chat just in time, or when you realized you’re not the only strange one here — and weirdly, that’s comforting. And the eyes… there’s something written in them. Literally. Symbols, maybe a secret code, a kind of emotional password that might give you access to his inner world — but only if...

¿Quién soy?

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Este dibujo de colores intensos esconde una pregunta que puede resultar pícara o profundamente filosófica: “¿Quién soy?”. Lo que observamos es una frente, un ojo con su ceja completos y otro ojo con la ceja parcialmente representados, parte de la nariz y algo que podría ser una mejilla o la comisura de la boca. Los colores son antinaturales y la representación, en su conjunto, es muy abstracta. Se trata de una mirada que intenta penetrar en el espejo y escudriñar una respuesta difícil de obtener y aún más difícil de aceptar. Y tú, ¿sabes quién eres? Natalia.

Atrapada

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  En el primer plano, vemos a una joven cuya boca es cubierta por la mano de otra persona. Detrás de ella, una red naranja se extiende como fondo. En sus ojos se refleja el dibujo y el color de esa red. “Atrapada” es el nombre que surge casi sin querer. Atrapada en las redes, en una sociedad exigente y homogeneizadora que impone un camino decidido por la mayoría, donde no hay espacio para una voz disonante. ¿Y si… lo que la joven desea es seguir su propio rumbo? Descubrirlo paso a paso, sin compararse con los demás. No busca parecerse a nadie. Solo quieres ser fiel a sí misma. ¿Cómo escapar de la influencia de esa red? ¿Cómo reencontrarse con una misma? Quizá tú tengas una respuesta… Natalia.

¡Atención, alumnos! Serie “Historias no contadas”

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 En este dibujo se reconocen fácilmente algunas características del estilo de Iñaki: las manos que cubren parcialmente el rostro, los ojos expresivos y los elementos decorativos que introducen un significado sorprendente y nuevo. En este caso concreto, la malla de la manga recuerda una hoja de cuadros, y los adornos en el rostro aluden a fórmulas matemáticas. “En el frescor del aula resuena el parloteo de los adolescentes. ¡Atención, alumnos! Tenéis justo dos horas para el examen de matemáticas. Si tenéis alguna pregunta, alzad la mano. Son las nueve y tres minutos. El tiempo comienza ya.” En la vida, hay momentos contados en los que la mente nos grita: “¡Atención!”. Ante una decisión difícil, una noticia desconcertante, o un examen que parece definir tu destino. Son instantes que la mente grabará con la etiqueta “importante”, y a los que volveremos cuando lo importante ya sea cosa del pasado. Natalia.

Soñar con el verano. Serie “Historias no contadas”

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  Los colores y los motivos alegres del fondo contrastan con la expresión facial del protagonista. El dibujo es muy abstracto, colorido e intenso. Intentemos descifrar el mensaje del artista: las formas triangulares a la altura de los labios evocan un símbolo de avance rápido, como si los pensamientos del hombre se proyectaran hacia el futuro. La posición y postura de su mano nos sugieren que está sujetando un volante. Él está dentro del coche, pero su mente viaja lejos, hasta la playa. “Queda un mes entero de informes, controles y trabajo duro. Qué ganas tengo de volver a la playa Gurugú, donde las olas marcan el ritmo de mi respiración, y el sol y la arena son el bálsamo de mi alma cansada de trabajador empedernido”. Natalia.

¡Para, Mundo! Serie “Historias no contadas”

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 Este dibujo es el primero de la serie “Historias no contadas”. Sobre el papel grueso y rugoso, los instrumentos de siempre se revelan de forma distinta: potente y provocadora. En primer plano, vemos a una mujer con la mirada desafiante y la mano alzada. La heroína —y las montañas verdes que se alzan tras ella— parecen envueltas en llamas. El color rojo, denso y persistente, lo cubre todo, generando una sensación de angustia. Las líneas coloridas que dan forma a la protagonista la perfilan y definen en capas finas y elegantes, que reverberan con intensidad: —¡Para, Mundo! ¡Despierta! ¡Actúa, mientras aún hay algo que salvar! Natalia

Mami, mírame

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  En esta obra de Iñaki se aprecian dos tipos de contrastes: de color y de acabado. Si nos centramos en los colores, observamos una contraposición entre tonos intensos —como el rojo y el negro— y colores suaves, como el blanco y el rosa. Por otro lado, se enfrentan zonas bien definidas, como el rostro de la madre y el fondo rojo, con otras más difusas, como el rostro del niño y el área en negro. Fuerza y fragilidad, perfección y proceso: estas cualidades opuestas atraviesan nuestra mente para llegar directamente al corazón. Seguramente, a partir de ahora, prestarás más atención a los gestos de los niños cuando desean captar la mirada de su madre. Con ambas manos, toman su rostro y lo orientan hacia el suyo, acompañando el gesto con un torrente imparable de palabras que comienza así: “Mami, mírame…” Natalia.