"El sonido de gotas en el tejado y la ventana me despierta. Es una lluvia tranquila. Sin abrir los ojos, intento comprender qué día es hoy. Es sábado, me espera todo el fin de semana por delante. No tengo que ir a trabajar, ni hay necesidad de alejar esta tranquilidad y esta tristeza que se cobijan dentro de mí. Respiro profundamente. Lejos de irse, la tristeza se acomoda dentro de mí. No me importa. Hoy me lo puedo permitir. Abro los ojos y observo cómo las gotas de lluvia se persiguen unas a otras. Me quedo mirando un rato cómo cambian de trayectoria, buscando la de menor resistencia. Está nublado y se ve poco allí fuera… Preparo una infusión a base de plantas y frutas que me regalaron hace poco. El delicado aroma y un intenso sabor me calientan y arropan todavía más mi tristeza. Definitivamente, no tiene la intención de irse; está a gusto. Salgo a dar un paseo por el parque. No hay nadie; ni siquiera los perros han conseguido llevar a sus dueños más allá de los portales. Me fij...