El niño con arma
EL NIÑO CON ARMA
La imagen de un arma en manos de un niño es inquietante y, al mismo tiempo, un reflejo de la realidad.
En este dibujo, de estilo Art Brut, vemos a un niño
observando un arma. El arma tiene aspecto de un cuchillo, pero los elementos
adicionales nos hacen pensar en un arma de fuego automático. El niño está
fascinado por la forma y el aspecto de este artilugio; parece que lo gira y lo
observa bajo los rayos del sol. Lo ve como un juguete, sin pensar en su
destructora potencia.
El autor usa una combinación de bolígrafo y lápices de
colores, reforzando algunos detalles con rotuladores. Los principales colores
son: el rojo, marrón y amarillo para el niño, el azul para el arma y el cielo.
También se detectan destellos, como nexos entre los elementos del cuadro:
el arma y el pelo del niño se reflejan uno en el otro.
En la parte superior izquierda se observa una araña, de color
naranja como el pelo del niño y color azul como el arma, recordándonos la
existencia del tiempo, que discurre sin prisa pero sin pausa.
Este dibujo refleja de realidad, ya que los niños manejan
armas en la realidad virtual.
El contacto continuo con los juegos de guerra hace
que la violencia se considere algo normal, cotidiano. Algunos niños y
adolescentes incluso prefieren quedarse allí, en estos entornos de mucho color
y movimiento, que parecen más atractivos que la vida real debido a la estimulación constante de los sentidos.
El fuego, las explosiones y los cuerpos mutilados en un juego
no impactan. Tampoco impactan las imágenes de las noticias: un
adolescente disparando a sus compañeros y profesores, o las guerras en algún
lugar del mundo. Vale, impactan, pero solo durante los primeros cinco minutos; después, otras noticias toman protagonismo y sustituyen las imágenes en la
retina.
Las guerras están a miles de kilómetros de distancia; no nos afectan directamente. Tampoco podemos hacer nada al respecto…
No parece lógico que, hoy en día, con el desarrollo
tecnológico y científico en auge, los humanos seguimos sembrando violencia y
guerras. A pesar de los numerosos problemas que debemos resolver, ya estamos sufriendo las
consecuencias del cambio climático. En lugar de preocuparnos por contaminar menos o consumir de manera más sostenible, seguimos actuando como si el mañana estuviera garantizado.
Los rayos del sol, una fresca brisa de la mañana, un
almuerzo al aire libre, un café con amigos y una tarde tranquila en familia son pequeños momentos que deberíamos valorar. Y por supuesto, un poco de trabajo, incluso por diversión.
Natalia.
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