Homínidos
“No sé cómo he llegado aquí, ni dónde estoy. ¿Estoy en la Tierra u otro planeta? Aparentemente el Sol es el de todos los días; tampoco veo plantas ni animales, para entender si se parecen a lo que conozco o haya visto en los documentales.
Lo que sí puedo ver
es un grupo de personitas, de una altura aproximada de 1.2 metros, que están
totalmente desnudos. Son calvos y no tienen cejas. Intento observarlos de forma
disimulada y no logro ver las orejas. Sus ombligos son bastante grandes respecto a su cuerpo. Me llama la atención el hecho que todos sacan la lengua
de vez en cuando, me recuerdan a las serpientes, ¿detectarían sabores o sonidos
tal vez?
Y se tocan, por
lo visto es muy importante para ellos el contacto físico.
-Hola!
¿Cómo es posible
que lo entienda, si no mueven los labios? Además, no sabría decir en qué idioma
me hablan. Lo entiendo y ya está.
-Hola- contesto.
- ¿Qué tal?
No hay respuesta.
Tras unos segundos escucho que uno de ellos me pide dejar visible el ombligo. ¡Qué
gracia! Me da un poco de corte, pero si es la forma de comunicación, allí va.
-Hola- repito. - ¿Qué
tal?
- Muy bien,
gracias.
Intento
comprender cuál de ellos me habla. Observo los ombligos. Con el rabillo del ojo
capto que uno de los ombligos se ilumina, parece que es esta la personita que me
habla.
-Me llamo
Natalia. ¿Y vosotros?
-Abbu
-Babbu, Cabbu
-Dabbu
-Me parecen muy
interesantes vuestros nombres. ¿Qué significan? - les pregunto.
-Primero,
Segundo, Tercero, Cuarto… Somos hermanos.
- ¡Qué
interesante! -exclamo.
Y es así. Todo
lo que veo me parece extraordinario. Me fijo que Cabbu no tenía ombligo.
-Cabbu, ¿cómo es
que no tienes ombligo? – pregunto.
-Nació así- comunica Abbu. Me sorprende que esta vez el ombligo de Abbu adquiere una tonalidad
diferente. Ya no es blanco como antes, sino gris. Es posible que el color transmita las emociones del que habla… Además de alguna forma siento una ligera
tristeza.
- Natalia, ¿y tu
cómo te encuentras aquí, en nuestra compañía?
- Bien- digo un
poco nerviosa. De repente me doy cuenta que mi obligo parece una luz giratoria
de ambulancia… pero… ¡multicolor!
- No te
preocupes, Natalia. Tranquila. -Dice Dabbu. Concéntrate e intenta describir tus
emociones.
No sé si el multicolor es porqué estoy nerviosa,
o porqué parece que mienta…
Intento respirar
profundamente y concentrarme. 1, 2, 3, 4 … 4, 3, 2, 1.
-Estoy emocionada
– observo con sorpresa como mi ombligo se vuelve naranja. - Y tengo mucha curiosidad- el color de mi ombligo cambia a morado.
- Pregunta lo que
quieras, te contestaremos a todo.
¡Madre mía! ¡Ojalá todas las preguntas tuvieran sus respuestas como ahora!”
Natalia.
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