De una combinación escueta y original de colores emerge una figura en la que el cuerpo se sintetiza en una gran esfera formada por capas de color dispuestas de manera concéntrica.
La obra combina con naturalidad elementos
abstractos, simbólicos y figurativos.
Las líneas, simples y estilizadas, construyen
planos y volúmenes que sorprenden por la fuerza del efecto logrado.
La línea negra que desciende desde la figura
resulta enigmática: en diálogo con la esfera, puede evocar un útero unido por
un cordón, o incluso una vejiga en proceso de vaciado. Su ambigüedad añade
profundidad y abre múltiples interpretaciones.
Natalia.

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