Mamá, ya voy


 DEPORTE AL AIRE LIBRE

Este dibujo transmite mucha felicidad, alegría y satisfacción.

Es fascinante pensar en el proceso creativo e intentar averiguar cómo han aparecido los elementos del cuadro y cuándo el autor dejó el lápiz, satisfecho con el resultado obtenido. Cómo ha sido capaz de traer de otra dimensión a esta, la que podemos ver, una imagen que antes existía en muchas posibilidades a la vez.

De todos los soportes posibles se eligió el papel, y como herramientas, el bolígrafo azul y lápices de color: verde y marrón.

Posiblemente, el primer elemento que apareció fue la línea curva, que tomó aspecto de la carretera. Luego se plasmó el número 12; a continuación, el recuadro que pasó a representar la meta. Los siguientes en asomarse fueron el niño, el árbol, el sol y el último elemento: la ventana.

Después afloraron los mensajes, inicialmente los juegos de palabras, que a continuación tomaron forma de frases. Finalmente, para ocupar el espacio, surgieron cruces y círculos, números y algún recuadro más.

Como el resultado parecía incompleto, el autor coloreó algunos elementos. Ahora sí, parece que ha llegado el momento de parar.

El dibujo trasmite felicidad; la cara sonriente del niño lo dice todo. Es un momento de la infancia, que es el período más despreocupado de la vida de una persona. 

La imagen de una carretera con la meta final hace pensar que el niño ha realizado una prueba de deporte. No lleva medalla ni copa, pero su cuerpo transmite satisfacción y alegría; parece que está bailando, a la vez que contesta a su madre.

El niño llega tarde a casa. Su madre le llama para recordarle, que le están esperando.

Aunque la escena representa una prueba colectiva, en la que participa más gente, no se representa a nadie más. Parece que en su mundo existe solo él, disfrutando de este momento. El hecho de que esté satisfecho refuerza el mensaje: "Well done."

Una imagen del árbol de copa frondosa es el elemento de color que aporta al cuadro volumen y complejidad. Se pueden vislumbrar varios nidos y un polluelo en una cavidad del árbol. El sol, junto al número 12, nos hace pensar que es mediodía, y la ventana representa el recuerdo de que el niño tiene que ir a casa.

Este dibujo en estilo de Art brut es capaz de transmitir al espectador emociones y, al mismo tiempo, trasladarlo a otra dimensión: de los recuerdos. Rescatando la voz de su madre que dice que le esperan en casa.

Natalia.


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