Bigotudo
Con cinco colores y pocas líneas Iñaki ha logrado representar un personaje llamativo e interesante. Ha usado solo los rotuladores, una elección poco usual, ya que normalmente combina el bolígrafo con los lápices y rotuladores de colores.
Exagerando y
transformando algunas características del personaje ha logrado plasmar una
caricatura, que hace pensar a un forzudo, un personaje de circo.
Resulta sorprendente,
como con tan pocas líneas rectas, onduladas y zigzagueantes se consigue resaltar
la alegría y fuerza de este hombre.
“Bigotudo, así me llaman
todos. Me empeñé en esculpir el cuerpo hasta llegar ha ser el hombre más fuerte
del país, o esto creo, a esto aspiro desde hace cinco años.
Mañana es el gran día. 1
de enero 1900, un buen día para disputar el título. Años de duro trabajo, de
levantamiento de pesas, de exhibiciones, de aclamaciones, adoración del público
y poco dinero llegarán a su fin. Con el premio podré abrir un local, donde
entrenaré a la gente que quiera ser fuerte y sana. Me quedaré en la capital, habrá
más gente interesada en una ciudad grande. Y no me importa que no hay nada
parecido hasta el momento. Mi nombre lo conocen todos, por lo que clientes no
me faltarán.
Lo tengo todo pensado y
apuntado: cómo será el local, las pesas que voy a necesitar, los ejercicios.
Voy a trabajar día y
noche, tengo muchas ganas. Los días de circo quedarán atrás. Me encanta esta
vida, pero quiero algo más. No me basta torcer los hieros, romper cadenas o
levantar caballos.
Tengo que dormir, me
obligo a cerrar los ojos, no importa que estoy en un hotel de mala muerte y
huele a humedad.
Me sumerjo en un sueño colorido
y de mucha luz. Las imágenes de mis números en el circo dan paso a las imágenes
del concurso, puedo ver cómo gano el premio, como abro la “Casa del bigotudo”,
como entreno a los hombres y como entra una chica, esbelta de ojos verdes y con
una mirada muy triste. Me quedo mirándola, embrujado por estos labios carnosos y
el cuello largo, como de un cisne. No tiene pelo, pero esto la hace todavía más
bella. Con su fina mano aparta el polvo invisible del espejo y clava sus ojos
verdes, como el fondo del mar, en los míos. Su mirada llega hasta lo más profundo
de mi ser hasta el punto de cortar la respiración. No me quiero despertar,
quiero seguir en este sueño, donde existe Vicki.”
Para leer la continuación de la historia, seguir el link.
Natalia
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