Micaela
Es interesante observar las caricaturas de
Iñaki. Cada una es diferente y original. Para realizar esta, el autor se ha
valido de pocos colores: azul, marrón y naranja.
Parece que este cuadro se ha elaborado al
revés: primero ha aparecido el pelo, la cara y solo al final se ha repasado el
rostro y todos sus elementos con el lápiz azul.
La línea ondulada y asimétrica cobra
protagonismo y se transforma en uno de los elementos decorativos más
importantes, junto a la mezcla de colores muy particular.
Observamos cómo los ojos y las cejas se han
repasado en dos colores, naranja y azul, para atraer la atención del que
observa la caricatura.
Para realizar los labios se han usado dos
colores, pero no superpuestos: el marrón cubre la parte izquierda de la boca y
se extiende un poco por la cara. Esto, junto al zigzag azul que va desde la
nariz y parece que sigue mucho más allá de la hoja, le da cierto movimiento a
la cara.
El naranja del pelo es un reflejo de luz, que
realza todavía más los ojos de la chica.
“Madre mía, el verano no resultó tan
productivo como esperaba. Algunas traducciones se han anulado, al final no he
ahorrado tanto como quería. Nada, tendré que seguir trabajando durante el
viaje. El trabajo de fin de carrera también lo haré viajando, pero necesito
inspirarme; algunas ideas que tengo no acaban de cuajar.
Tengo ganas de ver el mundo, lo necesito para
practicar las lenguas, pero voy a echar de menos Valencia, especialmente el
Jardín de Turia. Todo el verano trabajé desde aquí; este parque era mi oficina
particular. Me encanta observar cómo se mueven las hojas y el sol las
atraviesa. ¡Cómo lo voy a echar de menos!
¿Pero qué hacen estos dos? ¡Menudo jaleo! El
personaje que viste ropa muy colorida gesticula y habla mucho, y el otro parece
que no lo entiende.
-Hola, ¿necesitáis ayuda?
- ¿Hablas italiano también?
-Sí, italiano también. ¿Qué quieres que le
traduzca?
-Que tenemos que visitar Barcelona y Madrid.
Quiero ver dos exposiciones de moda; además, los mejores restaurantes están
allí.
-Ok, se lo traduzco, pero es posible que pueda
ayudaros en algo más. Decidme cuánto tiempo os vais a quedar y qué exactamente
queréis ver en España.
-Bueno, mi amigo italiano… por cierto, se
llama Cray, y yo me llamo Luciano. Soy de Escocia.
-Micaela, encantada.
-Como decía, mi amigo es chef y su principal
objetivo es conocer la cocina tradicional. Yo insisto en que pruebe la cocina
vanguardista, pero no hay manera… Yo soy diseñador de moda, ¿no es evidente?
-Sí, es bastante evidente. Cray, ¿sabes algo
sobre la cocina española?
-Sí, claro. En la Escuela de Cocina aprendimos
algunas recetas.
- ¿Cuánto tiempo os vais a quedar aquí?
-Un mes.
- ¿Y después?
-Otros diez meses alrededor del mundo - dijo
Cray.
-La última parada para mí será Milán - añadió
Luciano.
- ¿Alemania y Japón están en vuestra lista?
-Sí… ¿No me digas que quieres apuntarte tú
también? ¡Serías nuestra salvación! A veces me desespera explicarme con Cray…
- ¡Sí, me apunto! Además, vuestra aventura en
España acaba de empezar. Los próximos dos días os enseño Valencia y después nos
vamos a Andalucía, al pueblo de mi abuela, donde son fiestas. A continuación,
iremos a Madrid, seguiremos por el norte, pasaremos por el Valle de Arán y
terminaremos el tour en Barcelona. Con una sola condición…
Ha sido divertido observar sus caras: la de
Cray, que se asemejaba a una esfinge, y la de Luciano, que era como un libro
abierto. A ver qué quiere pedir esta chica a cambio; estamos justos de
presupuesto. Jeje.
Vais a conocer no solo la cultura española,
sino también os esforzaréis en aprender algunas palabras - les dije.
-Cuenta con ello, Micaela.
-No lo dudes, me voy a empapar de todo: de la
cultura, de este maravilloso sol de septiembre, de los colores, de los sabores
- seguía hablando Luciano, contento, que por fin podía dar rienda suelta a sus
ganas de hablar.
-Primera parada: Casa Roberto, aquí sirven la
mejor paella de la ciudad. Voy a reservar una mesa.”
Natalia.
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