Venid a este restaurante
Un mes después de mi última aventura, reviso los dibujos de la serie “Animal” desde la comodidad de mi hogar y con el estómago lleno.
Me gusta experimentar con sensaciones fuertes
y controladas desde hace tiempo.
Mi última vivencia consistió en pasar una
semana en el bosque, sin comer nada.
Me preparé durante seis meses, aprendiendo a
sobrevivir en el bosque.
No me atreví a ir al Amazonas, así que me
conformé con Galicia.
El ayuno fue una decisión difícil, pero
necesaria.
Por un lado, quería superar mi terrible miedo
a pasar hambre, que me acompaña desde siempre. No sé por qué, pero es así.
Por otro lado, quería aclarar mi mente,
eliminar las distracciones y dedicarme a dibujar, dibujar cada día.
Realicé cientos de dibujos.
Este es mi favorito. Recuerdo perfectamente
cuándo y cómo lo hice.
Fue el último día, antes de salir del bosque.
Lo hice en un estado entre la vigilia y el
sueño, debilitado por el ayuno, pero con los sentidos más agudos que nunca.
Sentía todo a través de mi piel, mi olfato y mi oído.
Sin apartar los ojos del papel, traté plasmar
el sonido de la lluvia en pequeños círculos que se convirtieron en un barco
velero. El agua que me rodeaba se transformó en un pez. Y para completar el
conjunto, me dibujé a mí mismo.
Las ráfagas de viento y el sonido de las hojas
marcaron el ritmo de los trazos de color: naranja, rojo y azul.
Me sentía muy vivo y obsesionado por los
pensamientos sobre la comida.
Giro la hoja y leo el texto, reviviendo esos
momentos únicos e inolvidables:
“Venid
a este restaurante, que os cocinaremos bien. Os cortaremos las orejitas y a
ajillo y con perejil os las podrán comer. Manchas, manchas, manchas. 444123. El
bosquejo. Colmaremos newtons. Vuestros colmillos de sesitos con bacalao. Res
venga. El acto de comer es un acto (act) de venganza. 10. Los dientes son duros
y las mandíbulas irracionales. La muerte diverge de ella misma. Divierte. Comer
es un acto de suerte y muerte. Fecundo. En la comida no hay (hay) tranquilidad.
Comiendo no se llora ni se ríe (ríe) en la comida no hay pecas. La boca no
puede cantar con comida. Un tornillo puede cocinarse bien y comerse. Las
comilonas por deber son vergonzosas. Masticamos vergüenza. Y en cualquier momento
podemos perder un diente. Y en cualquier momento podemos romper un sólido. Cualquiera
puede tragarse un chicle. No es ley no tragárselo. Ténganlo en cuenta.”
Natalia.
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