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El baile

 

Art Brut

Este dibujo es muy expresivo debido a los elementos que parecen jeroglíficos, flotando en el aire y contrastando con los colores suaves.

Captura la atención por el mensaje que transmite.

Podemos observar a dos personas en movimiento; parece que la información flote en el aire, contando una bella historia.

Los ojos de uno de los bailarines miran algo fuera del cuadro, ampliando la historia más allá de lo que se ve.

“Aquí estamos. Ha llegado el último examen, delante de la familia y los amigos. Hemos terminado el sexto curso de la academia de danza. Después de la exhibición de hoy, seremos oficialmente bailarines profesionales. Por fin.

Me preocupaba un poco, aunque en estos años he aprendido a superar mi vergüenza natural. Si quiero dedicarme a esto no hay lugar para esta emoción.

Miro a mi alrededor. La sala está en penumbra, no veo casi nada. Mejor así.

Observo las decoraciones, unas plantas que se parecen a Aloe.

Hay otro bailarín, preparándose para su próxima exhibición, está rezando.

Los primeros acordes suenan. La acústica de la sala es excelente, diría que la mejor que he experimentado jamás. La escena está bañada de luz, es tiempo de salir.

Miro a mi acompañante, a mi amigo, a mi compañero de los últimos seis años. Su mirada promete que nos vamos a divertir. Le creo. Vamos allá.

Salimos a escena como si fuera otra dimensión. Los acordes nos envuelven, contando una historia de la que somos protagonistas.

Me gusta sentirme así. Mirar los ojos de mi compañero y compartir su alegría y su energía.

Somos dos elementos conectados. Siento como el impulso que nace en su cuerpo se trasmite a través de su mano a mí. Me giro, me alejo y vuelvo a él, le devuelvo el impulso. Nos separamos por un momento para movernos en un ritmo absolutamente sincronizado. Nos miramos y hablamos sin palabras, nuestras sonrisas de complicidad nos dan alas.

Miradas, saltos giros y vueltas hacen que ocho minutos de baile pasen como un suspiro…

El público enloqueció, aplaudiendo y silbando.

Sí, lo hemos hecho bien. Ahora tengo la certeza de que he elegido bien mi profesión.

Con la respiración acelerada y el corazón a cien, le devuelvo la mirada a mi compañero.

Me acabo de dar cuenta de cuánto le quiero a él y cuánto amo el baile.

¡Es bello vivir!”

Natalia.

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