La clase
Este dibujo cautiva la mirada al representar una escena nunca antes vista: una serpiente es profesora en una clase.
El espacio tiene una perspectiva que cambia de
un objeto a otro, desafiando el sentido común. El suelo y las paredes se
desdibujan, y podemos intuir su posición solo por la óptica de los objetos que los
caracterizan, como una alfombra, una papelera, un cuadro y una ventana.
La aplicación de color también es llamativa, con
los efectos de reflejos y sombras sobre los objetos y el espacio solapándose,
como si las luces del ambiente cambiaran unas detrás de otras a gran velocidad.
Parece que el cuadro incorpora una cuarta dimensión: la del tiempo.
“Me quedé mirando los ojos hipnotizantes de la
profesora serpiente.
-Hoy vamos a realizar un viaje muy especial,
que nunca olvidarás…No cierres los ojos; te enseñaré todo.
Una sensación de plenitud me invadió y una
oscuridad absoluta nos cubrió.
Acto seguido, vi un estallido enorme de luz
que salía desde dentro de mí.
-Es lo que llamáis Big Bang- escuché la voz de
la serpiente.
Sentí como la sensación de plenitud se desvanecía
y como partes de mí mismo salían disparados en todas las direcciones. Lo
constataba con tristeza, pero tenía la certeza de que algún día volvería a
sentirme completo…
Efectivamente, resultaba un viaje increíble.
Las imágenes se alternaban, una detrás de
otra. Comprendía todo lo que pasaba a mi alrededor. No tenía ni idea que todas
las respuestas estaban dentro de mí…
Veía como se formaban los átomos, los planetas
y las estrellas. Podía encogerme para ver la estructura del primer átomo de
carbono desde dentro, u observar el movimiento de las galaxias desde arriba…
Cada plano nuevo, cada nueva perspectiva se
acompañaba de un cambio de color, algunos difíciles de describir. Estaba
abrumado por todas estas sensaciones, este conocimiento que desvelaba la
belleza del mundo que me rodeaba.
Me centré en la Tierra para ver su evolución
desde los primeros momentos de su existencia: como se formó a partir del polvo
cósmico; como se enfrió formando la corteza; como los volcanes liberaron los
gases formando la atmósfera; como se formaron los primeros océanos; como
apareció la vida, que florecía de forma boyante e imparable: los organismos unicelulares,
las plantas, los animales y, finalmente, los humanos.
Sorprendido, observaba cómo, en esta película
que giraba a una velocidad tremenda, el planeta cambiaba cada vez más y más por
la actividad humana…
La imagen paró en seco.
Estaba en mi pupitre, y la profesora serpiente
suspendida en el aire delante de mí.
Solo los destellos de diferentes colores me
decían que no era un sueño, que pasó de verdad.
-No necesitas saberlo todo para amar. Basta con
abrir los ojos y observar el maravilloso mundo que te rodea. Es parte de ti -
escuche la voz de la profesora dentro de mi cabeza.
-Muchas gracias. Tenías razón: es un viaje que
no olvidaré jamás- le dije a la serpiente."
Natalia
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