Salvador Dalí
En esta caricatura, Iñaki rinde homenaje a uno de los más grandes artistas de todos los tiempos, Salvador Dalí. No es la primera vez que encontramos a grandes artistas entre sus caricaturas.
Resulta llamativo que el rostro no sea simétrico; la luz rescata solo algo más de la mitad. La composición geométrica juega con el contraste de colores intensos en el centro y los tonos atenuados y mezclados de la periferia. El ojo, aunque no ocupa la parte central, parece ser el elemento de mayor importancia, junto a una flecha amarilla y gruesa que atraviesa (o tal vez pasa por detrás) la cabeza del artista, dejando un reflejo sobre uno de sus hombros. El color negro estructura el dibujo, generando contraste entre colores y formas curvas, centrando así los pensamientos en Salvador y su prolífica obra que forma parte de la Historia del Arte.
Con su visión rompedora y muchas veces polémica, Dalí marcó su tiempo y el Surrealismo. A pesar de las incomprensiones y el rechazo, nunca dejó de crear.
Viendo la sonrisa en su rostro, surgen inevitablemente las preguntas: ¿era feliz el artista?, ¿disfrutaba creando? Seguramente sí. Sus obras transmiten estas emociones. Al explorar el inconsciente, fascinado por los descubrimientos de la física cuántica y nuclear, Dalí conseguía transmitir sus ideas más profundas y generar intensas reacciones en el público. Disfrutaba del impacto de su personaje y de sus obras, logrando combinar su amor por el arte con una visión comercial exitosa.
Natalia.
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