Deber
Este retrato cautiva por su geometría precisa
y proporciones firmes. Las pinceladas, ejecutadas con rigor, perfilan un rostro
de facciones marcadas: barbilla cuadrada, corte de pelo austero, y una mano
cerrada en puño, como símbolo de firmeza. Todo remite a un soldado.
El gesto es definitivo. Labios sellados,
mirada fija, sin titubeos: la decisión está tomada. Nada la moverá.
El deber llama, sin importar la distancia,
lejos de familia y amigos.
“Volveré”, dice la mirada. “Ojalá”, musita el
corazón.
Natalia.
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