Este cuadro de gran formato, realizado en acrílico, representa a una persona atormentada que se cubre los oídos.
Parece querer aislarse de la oscuridad que lo
envuelve, pero en realidad se desconecta de todo: del susurro del aire, del
murmullo de las hojas en los árboles, de una mañana despejada de verano, de la
alegría de la vida...
Es evidente que ese remedio no resulta
efectivo, porque la angustia persiste...
¿Y tú? ¿Alguna vez te has sentido así? ¿Qué te
ha ayudado a salir de esa situación?
Natalia.
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