El cuadro “Albert” ha sido creado utilizando
únicamente cuatro colores fundamentales, cada uno con una fuerza simbólica
propia: el amarillo, que irradia energía y vitalidad; el negro, que expresa
poder, profundidad y misterio; el morado, que evoca sabiduría y reflexión; y el
verde, símbolo de equilibrio, serenidad y vida.
Las líneas paralelas, precisas
y rítmicas, son los elementos estéticos esenciales que generan un efecto visual
sorprendente, rompiendo la simetría y el orden lógico tradicional.
En la obra
se reconoce la figura del científico más influyente de la historia moderna,
aquel que transformó nuestra comprensión del universo.
Bajo la luz de la luna,
nos observa y saluda con un guiño cómplice.
Natalia.
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