Desde el entramado policromático de líneas
rectas y curvas surge una silueta que envuelve los círculos, casi hipnóticos;
solo un par de ellos han logrado escapar del cautiverio.
Este cuadro resulta inusual, tanto por la
profusión de colores como por la difuminación de las formas. El fondo, muy
trabajado en tonos marrón, azul, verde, lila, naranja, rojo, gris, amarillo y
blanco, deja en primer plano una figura amorfa y fluctuante. No cabe duda de
que estamos ante un espíritu en la noche de Halloween.
“¿Truco o trato?”,
parece preguntarnos con su boca circular. “¡Ooou! No seas tacaño: con unos
caramelos te librarás de disgustos y sustos…”
Natalia

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