Vuela la vida, vuela el pájaro.
"Este dibujo, complejo y llamativo, revela numerosas características del estilo Art Brut.
Por ejemplo, destaca el ‘horror vacui’,
término que refleja la aversión del autor a dejar espacios vacíos, llenando
cada rincón visual con elementos decorativos. La técnica empleada para agregar
los componentes recuerda a un patchwork meticuloso y afectuoso, donde cada
pieza se añade con esmero. En la pared, se entremezclan caritas alegres y
melancólicas, evocando la forma de las nubes.
Se juega con el espacio y el movimiento. En la
parte inferior derecha, ciertos elementos en la pared generan un espacio
pictórico tridimensional, con profundidad y perspectiva, que no halla parangón
en el resto de la obra. Un pájaro en el suelo y una puerta invertida
intensifican este efecto.
La elección de usar dos colores contiguos
otorga mayor volumen a los elementos representados y les confiere una estética
cautivadora y única. El autor explora estas combinaciones, descubriendo matices
inesperados que rompen con la bidimensionalidad.
Se insinúan elementos en el segundo plano,
detrás del edificio, como un pájaro curioso y una flecha en la parte central
izquierda. Al indagar más, observamos que las flechas siguen a la mayoría de
los pájaros y, al parecer, señalan la dirección de su vuelo.
Aunque el edificio parece ser el foco
principal del cuadro, la variedad y el número de pájaros les otorgan un papel
destacado, trascendiendo su función decorativa. La frase que actúa como título
del dibujo respalda esta interpretación.
La dirección y orientación variadas de cada
pájaro aportan dinamismo a la imagen. La profusión de curvas, una puerta
inclinada y una telaraña ondulante amplifican este efecto.
Las líneas rectas son escasas, pero realzan la
ornamentación de las ventanas y las paredes.
Es común encontrar en las obras de Iñaki
textos, juegos de palabras y cifras, que esconden significados profundos,
invitando a la reflexión y al descubrimiento de su esencia."
Natalia.
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