Hector

 

"Esta caricatura me recuerda a mi abuelo Héctor. Cuando era más joven, lucía una melena generosa, más o menos de este color: pelirrojo. Era delgado, guapo y siempre lo recuerdo haciendo ese gesto de entrecerrar los ojos cuando tramaba algo…

Tuve la suerte de conocer a los cuatro abuelos, pero él siempre ha sido mi favorito. No solo porque de pequeño me llevaba a la guardería y, más tarde, al colegio, pasando mucho tiempo juntos, sino porque me hizo un regalo que nunca ha sido superado por ningún otro.

De niño, era un mal comedor. Mi pobre madre intentó todos los consejos del mundo, pero nada funcionaba. Era mal comedor y cabezota, una combinación complicada.

Un día, mi abuelo me regaló un plato mágico. Era mágico, ya que toda la comida sabía mucho mejor cuando se servía en él. Además, el plato se llenaba solo.

Abuelo Héctor siempre se sentaba a comer conmigo. Se servía lo mismo que yo, sin importar qué fuera, incluso la tarta de chocolate, aunque sabía que no le gustaba mucho.

El plato era mágico de verdad. La comida en él era mucho más sabrosa, y finalmente entendí por qué me obligaban a comer. Incluso me atrevía a probar platos que antes ni miraba. Comía con ganas porque quería comprobar que la magia funcionaba. Tenía que cerrar los ojos, golpear la mesa tres veces con los puños y decir: “¡Plato, obra tu magia!”.

Y nunca fallaba. Así pasaron unos cuantos años, y yo siempre comía en ese plato. Hasta que un día, el plato se me cayó y se rompió. Justo ese día ingresaron al abuelo Héctor en el hospital.

Cuando mi abuelo salió del hospital, estaba tan feliz que no me atreví a pedirle que me comprara otro plato mágico. Me bastaba con tener al abuelo de nuevo con nosotros.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces. Mi abuelo ya está muy mayor y apenas se levanta de la cama. Este verano quiero pasar tiempo en casa de mis padres, donde el abuelo vive con ellos.

Traigo conmigo una taza para el abuelo, con un gran corazón como el suyo. Mientras esté a su lado, la taza siempre estará llena de agua. Obrará su magia para mi abuelo Héctor."

Natalia