En el cuadro Tatatachán observamos a una figura situada ligeramente a la derecha del centro, con el cabello largo y rubio, y las palmas de las manos abiertas.
La obra sorprende por la intensidad y la
combinación de sus colores. Son pocos, pero muy potentes: rojo, rosa, amarillo,
marrón y verde.
Los colores se aplican en capas que mezclan
direcciones, tonos e intensidades, generando efectos inesperados de luz sobre
el cuerpo y el fondo. Las partes del cuerpo parecen surgir de la nada,
aportando al conjunto un aire de misterio.
El color verde salpica con destellos el rostro
y las manos del personaje, como anticipando la inminente revelación del truco.
Natalia.
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